Canción de rabi Shelomo Halevi Elkabetz
Este canto que demuestra poéticamente el amor y el afecto del pueblo de Israel hacia el día del Shabat, fue compuesto por el rabino Shelomo Halevi Elkabets (1505-1584). La composición poética esta compuesta de tal manera que su nombre aparece en forma de acróstico, en el canto. En esta poesía, el sábado se compara con una novia, que personifica al mismo pueblo de Israel, según la comparó el profeta Jeremiás (capítulo II, 2). Probablemente, se inspiró en las palabras de Rabi Janina Yanay escritas en el Talmud (Shab. 119) y que dicen: “¡Ven y saldremos al encuentro del sábado, la reina; del sábado, la novia!”. Lejá dodí likrat kalá, pené Shabat nekabelá.
Shamor vezajor bedibur ejad, hishmi´anu El hameyujad, Adonay ejad ushmó ejad, leshem ultiféret velithilá.
Likrat Shabat lejú venelejá, ki hi mekor haberajá, merosh mikédem nesujá, sof ma´asé bema jashabá tejilá.
Mikdash mélej ´ir melujá, kumi tseí mitoj hahafejá, rab laj shébet be´émek habajá, vehú yajmol ´aláyij jemlá.
Hitna´arí me´afar kumi, libshí bigdé tifartej ´amí, ´al yad ben yishay bet halajmí, korbá el nafshí gue´aláh.
Hit´orerí hit´orerí, ki ba orej kumi orí, ´urí ´urí shir daberí, kebod Adonay ´aláyij niglá.
Lo teboshi veló tikalmi, ma tishtojají uma tehemí, baj yejesú aniyé ´amí, venibnetá ´ir ´al tilah.
Vehayú limshisá shosáyij, verajakú kol mebale´ayij, yasis ´aláyij Eloháyij, kimsós jatán ´al kalá.
Yamin usmol tifrotsi, veet Adonay ta´aritsi ´al yad ish ben Partsí, venismejá venaguila.
Boí beshalom atéret ba´lah, gam besimjá beriná ubtsaholá, toj emuné ´am segulá.
Boí kalá, boí kalá toj emuné ´am segulá boí kalá Shabat mal ketá.
Ven, amado mío, a recibir a la novia; recibamos la presencia de Shabat.
“Guarda” y “recuerda”, en una sola expresión nos hizo escuchar el D-os singular. El Eterno es Uno y Su Nombre es Uno, para renombre, para esplendor y para alabanza.
A recibir el Shabat, vengan e iremos, pues es fuente de bendiciones. Desde el principio, desde la antigüedad fue ungida; lo último en hechos, mas lo primero en pensamientos.
Oh santuario del Rey, la ciudad real, levántate, sal de en medio del trastorno. Demasiado has ya permanecido en el valle de las lágrimas; Él te mostrará Su compasión.
Sacúdete el polvo, levántate; vístete con las vestiduras de esplendor, oh pueblo mío. A través del hijo de Yishay, el de Bet-Léjem, acércate a mi alma, redímela.
Despierta, despierta, pues ya ha llegado tu luz; levántate y resplandece. Despierta, despierta, entona un canto; la gloria del Eterno se revela en ti.
No te avergüences ni te sientas humillada, ¿por qué estás abatida y desconsolada? En ti los afligidos de mi pueblo encontrarán refugio, y la ciudad será reconstruida sobre su colina.
Tu opresor será abatido, y expulsados serán los que te devoran. Tu D-os se regocijará en ti, como se regocija el novio en la novia.
Hacia la derecha y hacia la izquierda te extenderás, y exaltarás el poder del Eterno. Por medio del varón descendiente de Peretz; entonces nos alegraremos y nos llenaremos de dicha.
Ven en paz, oh diadema de su esposo; también con alegría y exultación. En medio de los fieles del pueblo atesorado.
Ven, oh novia, ven, oh novia, en medio de los fieles del pueblo atesorado. Ven, oh novia, reina del Shabat.
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